¿Qué es?
Es la inflamación al hígado. Esta enfermedad puede ser causada por infecciones de parásitos, bacterias o virus (A, B, C); daño hepático por alcohol, drogas u hongos venenosos; una sobredosis de paracetamol que puede ser mortal o células inmunitarias en el cuerpo que atacan el hígado y causan hepatitis autoinmunitaria.
La enfermedad hepática también puede ser causada por trastornos hereditarios, como la fibrosis quística o la enfermedad de Wilson, una afección que consiste en tener demasiado cobre en el cuerpo (depósitos de cobre en exceso en el hígado).
La hepatitis puede comenzar y resolverse rápidamente (hepatitis aguda) o puede causar una enfermedad prolongada (hepatitis crónica). En algunos casos, se puede presentar un daño hepático progresivo, insuficiencia hepática o incluso cáncer del hígado.
Algunos factores de riesgo para esta enfermedad son el uso de drogas intravenosas, sobredosis de paracetamol, involucrarse en comportamientos sexuales arriegados (tener multiples compañeros sexuales), consumir alimentos contaminados, tener VIH o SIDA, etc.
Tipos
Hepatitis A: Inflamación del hígado causada por el virus de la Hepatitis A. Se encuentra sobre todo en las heces y en la sangre de la persona infectada aproximadamente de 15 a 45 días antes de que se presenten los síntomas y durante la primera semana de la enfermedad. Se puede contraer si se entra en contacto con alimentos o aguas contaminadas por el virus o se entra en contacto con las heces o posiblemente la sangre de una persona que en el momento tiene la enfermedad.
Sus síntomas son orina oscura, fatiga, picazón, inapetencia, fiebre baja, náuseas y vómitos, heces de color arcilla y piel y ojos amarillos.
No existe un tratamiento específico para la hepatitis A, pero se recomienda al paciente estar en reposo durante la fase aguda de la enfermedad, cuando los síntomas son más graves. Además, las personas con hepatitis aguda deben evitar el consumo de alcohol y cualquier sustancia que sea tóxica para el hígado, incluyendo el paracetamol.
Hepatitis B: Inflamación al hígado causada por el virus de la Hepatitis B. Este virus se propaga a través de la sangre, el semen, los flujos vaginales y otros fluidos corporales.
Podemos contraerla si recibimos sangre contaminada, haber tenido relaciones sexuales sin protección con persona contagiada, haber compartido elementos personales con una persona contagiada, etc.
Sus síntomas pueden demorar de 1 a 6 meses en aparecer desde el momento de la infección. Estos pueden abarcar fatiga, fiebre baja, inapetencia, dolores musculares y articulares, náuseas y vómitos, piel amarilla y orina turbia.
La hepatitis aguda no necesita un tratamiento diferente al monitoreo cuidadoso de la función hepática, lo cual implica exámenes de sangre. En el raro caso en que usted desarrolle insuficiencia hepática, se lo debe monitorear en un hospital hasta que se recupere o hasta que sea necesario un trasplante de hígado. El trasplante es la única cura en algunos casos de insuficiencia hepática. La hepatitis B no se puede curar, pero algunos medicamentos pueden ayudar a disminuir la infección. El transplante de hígado se utiliza para tratar la enfermedad hepática por hepatitis B crónica terminal.
Hepatitis C: Enfermedad viral que lleva a la inflamación del hígado. Es provocado por el virus de la Hepatitis C. Las personas que pueden estar en riesgo de padecerla son aquellas que han sido sometidas a excesivas diálisis renales, tienen un frecuente contacto con sangre, tienen relaciones sexuales con personas que poseen hepatitis C, se inyectan drogas alucinógenas y comparten la aguja, nacieron de una madre infectada con hepatitis C, etc.
Muchas personas contagiadas con la hepatitis C son asintomáticas (no poseen síntomas).
Si la infección ha estado presente durante muchos años, el hígado puede tener cicatrización permanente, afección llamada cirrosis.
Algunos de sus síntomas son dolor abdominal, ascitis, váricen sangrantes, orina oscura, ictericia, fiebre baja, náuseas, vómitos, heces de color arcilla, etc.
No existe cura para la hepatitis C, pero en algunos casos los medicamentos pueden inhibir el virus durante un periodo prolongado.
Algunos pacientes con hepatitis C se benefician de un tratamiento con interferón alfa o una combinación de interferón alfa y ribavirina. Algunos efectos secundarios del interferón alfa son depresión, fatiga, fienbre, dolor de cabeza, irritabilidad, adelgazamiento del cabello, entre otros.
Se presentan también otros tipos como la hepatitis D y la hepatitis E.
Síntomas
Los síntomas de la hepatitis abarcan dolor o distensión abdominal, desarrollo de mamas en los hombres, orina oscura o deposiciones de color arcilla, fatiga, ictericia (color amarillento de la piel y ojos), fiebre baja, náuseas o vómitos y pérdida de peso.
Tratamiento
El médico discutirá con el paciente los tipos de tratamientos, dependiendo de la causa de la enfermedad hepática y puede recetar también una dieta alta en calorías si el paciente a bajado de peso.
domingo, 27 de septiembre de 2009
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no dice que bacterias o virus hay
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